El verano pasado, mi marido, en un mercado de la Seu d'Urgell, compró una planta, bastante mustia, con la fe que daría fresas.Y efectivamente, gracias a su buen hacer y cuidados, ha conseguido que esa planta raquítica, se convierta en una preciosidad, gracias a la cual, nos podemos comer cada 3 días un yogurt con fresitas. Un auténtico placer. Gracias cariño.
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